La obra de Alexandre Canozy (profesor de teología dogmática en la facultad de teología católica de la Universidad de Würzburg, en Baviera, Alemania) se organiza en cuatro partes; comienza con una invitación a la meditación, que viene seguida de una reflexión filosófica centrada en la consideración de lo que quiere decir “naturaleza” y la distinción entre cuerpo y materia. El capítulo tercero, que constituye el núcleo de la obra, reexamina los temas teológicos clásicos de la Biblia, especialmente el Nuevo Testamento, a través de la situación social y ecológica contemporánea: el concepto de Creación, la actitud y la enseñanza de Jesús respecto el mundo, la esperanza de toda criatura en la acción de un Dios que ama el mundo. La cuarta y última parte del libro esta destinada a explorar las consecuencias éticas, tanto individuales como colectivas que se desprenden de los puntos doctrinales precedentes; entre los referentes, destacan el testimonio de San Francisco de Asís, la actualidad de la ascesis cristiana, el amor al prójimo aplicado a la naturaleza y las iglesias al servicio de una salud planetaria.